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Honrando a nuestros difuntos

Desde culturas muy antiguas, persiste la tradición de conocer las raíces de donde provenimos, de saber quienes son nuestros antepasados o ancestros.


Muchas tradiciones usan rituales para mantener la relación con ”el mundo de los difuntos” o “el mundo del más allá” porque creen que los ancestros conservan su interés por la comunidad humana.




Si bien no podemos asegurar que “el más allá” sienta un cierto interés en nosotros, nosotros sí que podemos aprender a mirar lo que nos dejaron justamente estos seres que están en “el más allá”.


En México, es conocida la costumbre de las Ofrendas del Día de Muertos, la cual representa una de nuestras tradiciones más ricas y más bellas ante el mundo, llena de símbolos y misticismo que nos conecta con esta parte sensible del ser humano ante la muerte o la trascendencia. La UNESCO la ha clasificado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.


Esta festividad es un sincretismo entre la cosmovisión de la muerte como un despertar y un renacimiento en otro mundo (mesoamérica) y la religiosidad de la oración y la vigilia provenientes del cristianismo.




El día de muertos entonces, nos hace mirar a la muerte. En el entendido de que es una trascendencia y que “algún día estaremos allá con nuestros seres queridos”, la muerte fuera de estas fechas puede ser un tema incómodo para muchos.


Esta festividad también nos hace recordar aquellas personas que fueron importantes para nosotros. Desde la mirada sistémica familiar, los difuntos incluyen a todas las personas fallecidas… incluidas a aquellas que hemos excluido intencionalmente o por olvido o desconocimiento.



“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”

-Napoleón Bonaparte



Si bien esta frase fue pronunciada con ciertos fines políticos, la relación con nuestros ancestros es crucial para entender muchos de los patrones (mentales, emocionales y hasta físicos), que puede desenvolver un individuo durante su existencia.


Las creencias populares también consideran el contacto con los ancestros como un aspecto favorecedor en la vida de las personas, por consiguiente, es hoy por hoy un camino hacia nuestra sanación.


La intención de mirar el árbol genealógico es reconocer que mucho de lo que somos ahora, lo debemos al aporte que nuestros ancestros hicieron en la cadena generacional, y a partir de allí, modificar los patrones repetitivos que obstaculizan la evolución del ser.


Escudriñar en nuestro árbol familiar y comprender la historia que nos dejan nuestros ancestros debe ser un camino que nos conecte con LA VIDA. Si, pues aunque estas fechas miremos a la muerte, necesitamos conectarnos desde el punto opuesto, de forma que nuestra mirada a los difuntos se balancee adecuadamente y nos anclemos a aquello que nos da VIDA.



Entonces ¿cómo sanamos nuestro ser a través de mirar a los difuntos?


La honra es la respuesta. Es común encontrar en los libros sagrados algún párrafo que dice: "Honrarás a tu Padre y a tu Madre". Honrar, un acto de valorar, respetar y enaltecer a nuestros progenitores. El acto de honrar a los padres es el ejercicio básico puesto que si honramos la semilla, el fruto es honrado también.


En Constelaciones Familiares decimos que honrar significa aceptarlos y darles un lugar tal y como son (o como fueron). La honra es un acto de profundo amor y comprensión hacia todos aquellos que han estado antes que Yo y por los cuales, con sus alcances y limitantes, con sus carencias y sus virtudes, con sus errores y sus aciertos, pasaron por la vida de modo que yo pudiera estar aquí.


Reconocer esta “fuerza de vida” de nuestros ancestros, nos hace darle un giro a la presencia de los difuntos que hoy recordamos, no solamente extrañándolos, sino reconociendo su sitio en nuestra historia y para ello hay algunos tips para honrar a tus difuntos este día de muertos.


  • Cumplir el propósito de tu alma. Aprender a ver a nuestros ancestros como aliados para poder vivir nuestro destino personal sin etiquetas ni el deber ser, para ello hay que trabajar mucho en descubrir lo que nuestra alma realmente desea.

  • Dedicar acciones positivas en nombre de los Ancestros. La práctica de la generosidad, de compartir las bendiciones o tener una vida útil orientada al servicio crea un campo de energía benéfica que puede ser dedicada a la memoria de tus ancestros.

  • Establecer un lugar físico para honrarlos. Esto puede ser una esquina de la casa donde tengas sus fotos o bien, un altar con una imagen espiritual que te conecte con la energía de la devoción.

  • Replantea tu concepto de la muerte. Esto puede ser incómodo para muchos, pero sin duda, el “bien vivir” implica prepararse para un “bien morir”. Habla de la muerte con tus seres queridos, establece planes de acción ante una emergencia de muerte, adquiere un espacio donde puedas descansar en paz y sobre todo, resignifica el concepto de la muerte como parte de la vida y como un bien necesario para la existencia. De esa manera, le quitas el peso incómodo y podrás mirar a tus difuntos con alegría, júbilo y gozo.



Oración:


Queridos ancestros:

A ustedes, a quienes he conocido y amado y que se han ido antes, todavía vivos en mi cuerpo y en las tradiciones de mi familia... les comparto mi amor para que reciban mis bendiciones. En este momento los honro, los miro con amor y respeto, les doy su lugar en mi historia… y pido lo mejor de ustedes, que todo lo bueno sea preservado y cada cosa buena sea recordada.

Queridos ancestros, de la mano de nuestros ángeles guardianes, los bendigo en cualquier dimensión que se encuentren, y les pido que miren con buenos ojos que mi camino personal sea bendecido y sea libre de ataduras que impidan mi desarrollo como persona.

Gracias por la vida.

Amén.


Te abrazo con mucho amor

Mike Aryan

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